EL PUEBLO
Se sabe, por diferentes hallazgos arqueológicos, que el término municipal de Orcajo pudo estar habitado desde el Neolítico pero, aunque también se han encontrado vestigios anteriores al siglo XIII, aunque también se han encontrado vestigios anteriores al siglo XIII, será en el año 1205 cuando aparezca citado como una aldea en el Libro Bermejo del Archivo de la Colegial de Santa María de Daroca.
En 1248, por privilegio de Jaime I se desliga de la dependencia de Daroca pasando a formar parte de la Sesma de Gallocanta, en la Comunidad de Aldeas de Daroca, aunque su iglesia seguirá pagando diezmos a la colegiata de Santa María darocense hasta el siglo XV.
La conocida como Guerra de los Dos Pedros (1356-1369), entre los reyes de Aragón y Castilla, será devastadora para los territorios fronterixo, momento en que es probable que la torre de la iglesia de Orcajo sirviera como torre vigía y atalaya defensiva. No será el único momento bélico transfonterizo: En1453 el príncipe Enrique de Castilla, con doscientos cincuenta jinetes, en rápida cabalgada, volvieron a recorrer y saquear las aldeas de la Comunidad, entre ellas Orcajo.
Como localidad cercana a Balconchán, lugar atravesado por el antiguo Camino Real de Madrid a Barcelona (anterior a la NAcional II), los montes de Orcajo fueron descanso y reposo de las tropas carlistas en su Marcha Real hacia Madrid, tras la Batalla del Villar de los Navarros (24 de agosto 1837).
Ya en el siglo XX el municipio, al igual que la Comarca de Daroca, apartado poco a poco de la red principal de carreteras, con una economía meramente agrícola y ganadera enfrentada al desarrollismo posterior a la Gerra Civil, irá perdiendo la mayor parte de sus habitantes. Pero en este siglo XXI el recuerdo de los que lo habitaron, el cariño que los abuelos inculcaron a las nuevas generaciones y un nuevo redescubrimiento del mundo rural y de sus valores, están propiciando que algunos vuelvan a reabrir las casa de Orcajo.
Uno de esos "valores" se encuentra entre los montes del término municipal orcajino: A principios del siglo XX se llevó a cabo una ingente campaña de repoblación forestal de las sierras adyacentes al Valle del Jiloca. Entre las diferentes variedades arbóreas elegidas, el ingeniero encargado decidió poner en Orcajo una partida de Abies pinsapo, abeto endémico del sur de la Península Ibérica y del norte de África. Más de un siglo ha pasado y, lo que fue una pequeña mancha forestal, se ha naturalizado y hoy en día ocupa unas 15 hectáreas. El Pinsapar de Orcajo es el protagonista de una historia de éxito y adaptación a condiciones climatológicas y medioambientales diferntes de su hábitat natural y fue catalogado en 2018 como Arboleda Singular de Aragón.
La conocida como