EL PUEBLO
Situado en las estribaciones de la sierra de Santa Cruz, destacaremos su iglesia de la Asunción de la Virgen s. XVII con un interesante retablo mayor de la escuela aragonesa de los Ramírez, el órgano del s. XVIII y una imagen restaurada de la Virgen del Patrocinio.
En sus cercanías podremos apreciar numerosos peirones:
San Ramón, la Virgen de los Mártires, los Santos, San Gregorio, las almas y finalmente el Peirón de la Virgen del Pilar.
Atea cuenta con numerosas ermitas como San Roque, del s. XIII de estilo gótico, con retablo del s. XVIII, situada junto a la antigua nevera, restaurada, la ermita de Santa Bárbara del s. XVIII con curiosas lápidas funerarias; la ermita de Nuestra Señora Virgen de los Mártires, del s. XVIII, en la antigua población de Sace; y finalmente, las ermitas de San Lamberto y Santa Cruz, con un mirador.
Hay que destacar las espectaculares vistas desde el Cerro de Santa Cruz con una altitud de 1423 m. o el Cerro de Valmayor con 1026 m.
En Santa Cruz, podemos descansar en su merendero y observar la antigua nevera en las cercanías de la ermita de San Roque.
QUÉ HACER, QUÉ VER
En el término de Atea podemos disfrutar de varias fuentes con agua minero medicinal como son la fuente manantial de San Lamberto o la de la Virgen de los Mártires, fantásticos paseos por el Cerro de Santa Cruz o el de Valmayor, si nos gusta la micología y caminar por los pinares este es un fantástico lugar para disfrutar.
Iglesia de la Asuncion de la Virgen
Construida en la segunda mitad del siglo XVII, la mayor parte de ladrillo y con tres naves cubiertas con bóvedas de lunetos y de arista, su decoración vegetal en capeles e impostas. Tiene un interesante retablo mayor de la escuela aragonesa de los Ramírez, un órgano del siglo XVIII, y una restaurada imagen de la Virgen del Patrocinio.
Ermita de San Lamberto
Se encuentra, en la ladera del cerro de Santa Cruz, es un pequeño edificio de planta rectangular, cubierto a dos aguas. En la actualidad tiene un cuadro a modo de retablo. De esta ermita procede un retablo de pintura gótica que se conserva en la casa parroquial. El retablo fue contratado entre la cofradía de San Lamberto de Atea y el pintor de Daroca Juan de Bruselas, en 1496. En la tabla central está pintada la figura de San Lamberto y San Marcos. A los lados cuatro santas: Santa Quiteria y Santa Catalina, en la izquierda, y Santa Lucía y Santa Bárbara, en la derecha.